viernes, 9 de diciembre de 2016


Jlfg – pág. 403

    Lo más sagrado de la Navidad es el silencio de la contemplación,  la comunicación, la reconciliación, la restauración de la verdad, la restauración del tejido resquebrajado por las faltas de buen entendimiento… o sea, algo muy distinto al asfixiante comercio de las grandes tiendas.



    No tenemos una sola familia, la de la cuna es una, pero el Planeta entero es nuestro hogar y nuestra familia. Más que pertenecernos (que significa arrebatársela a los demás) le pertenecemos.

De comprenderlo, probablemente seriamos más amables y respetuosos con el medio ambiente, y no barbaros destructores.



    Aprender a respetar es aprender a vivir. El irrespeto a lo y los demás nos acarrea la muerte (aunque envuelta en la fantasía de la riqueza y del éxito). Los extremos han llegado tan lejos, que algunos creen que respetar los disminuye, les quita algo: poder, altura, prepotencia.



    Para apaciguar nuestros cerebros y centrarnos en las cosas importantes y esenciales de la vida tenemos que comenzar silenciando el bullicio de los medios de comunicación de masas…, a quienes no les interesamos… sus intereses son otros. Entonces, podremos comenzar por encontrarnos con nosotros y con los otros… que nos rodean pero no los conocemos.



    La vida es tan corta y frágil que es inconcebible como tantos no se dan por enterados…. No hay más ciego que el que no quiere ver. Piensan que se pierde la alegría… pero es lo contrario, recién se le descubre, porque una alegría sin raíces no es tal, será una sonrisa nada más.



    El desafío está en cómo no diluirse por los canales de la tecnología de las comunicaciones; es decir, transitar si perder la identidad ni relacionarse con identidades falsas…, porque entonces seria agregar una ilusión más de los millones que ya heredamos.



    Es increíble, por más que la especie humana pretenda hacer de la tierra un basurero, ella se recicla y se renueva sin cesar, al punto que los necios continúan buscando más poderosos medios de contaminación tras sus vanas y necias pretensiones.

lunes, 4 de julio de 2016


La esperanza en una semilla genera un árbol

En una comunidad, frutos

Y en una sociedad, sentido y plenitud.

jueves, 12 de mayo de 2016

Apostar por la vida, cada día, cada momento, sigue siendo una consigna necesaria,
necesaria de reafirmar cada vez mas
porque el medio ambiente continua descendiendo en toxicidad
emocional y mental,
lo cual trae muchos efectos nocivos para la salud personal y familiar.
La humildad y la misericordia
en cuanto recibirla
es una excelente ventana para convivir.