martes, 5 de junio de 2018

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Hay que apurarse en restaurar la figura de Jesús de Nazareth de la avalancha del desprestigio que le vienen procurando las religiones. Cada cual en su medio, en lo que hace: imprimirle Espíritu, verdad, justicia, amor. Ese es el camino. En nuestro caso hemos tomado la senda de la sagrada naturaleza para reconstruirnos como seres humanos.