jueves, 29 de noviembre de 2007

CONVOCATORIA

Hola! hoy 29 de noviembre de 2007, me he decidido a convocar a otras personas que tengan la inquietud de ser partícipes en la construcción de una nueva humanidad, un nuevo hombre y mujer. Es decir, innovadores en la formulación de un nuevo paradigma.
Yo tengo 56 años, y me llamo josé leandro flores. Si bien provengo de una formación cultural e ideológica cristiana de inspiración católica, soy crítico de todo el sistema establecido que ha regido por los últimos 300 años o más. Por lo tanto, me denomino "misionero humanista" como una primera aproximación de proponer una misión, una intención, una búsqueda de sentido de vida y de quehacer. Insatisfecho y rechazando la mera práctica de repetir y reproducir lo heredado de nuestros maestros y formadores, y lo propueto por las cúpulas de poder de cualquier y de todas las ideologías dominantes hasta ahora.

Por lo tanto, yo inscribo este blog para invitar, para convocar, para contactar a otras personas con similiares inquietudes, que las hay muchas, para desarrollar una red de acción y pensamiento humanista, cuyo centro sea la construcción de un nuevo hombre y mujer, de un nuevo mundo, de un nuevo sistema social, económico, político, etc.

Mi vida y quehacer ya transcurre en esta vía, pero es preciso utilizar la globalización de las buenas ideas e intenciones, de los buenos propósitos y esperanzas.

Esperando sus comentarios y sugerencias,
atte. josé leandro flores.

2 comentarios:

JLF dijo...

¨ANTROPOTEOLOGÍA¨
(http://misioneroshumanistas.blogspot.com/2007/11/convocatoria.html)
10 de diciembre de 2007


Después de ver y escuchar y seguir a la familia de predicadores religiosos durante 56 años, me doy cuenta de algo muy importante, que representa un cambio de paradigma.
Se trata que ya basta de hablar de Dios a los hombres y mujeres; y empezar a hablar a Dios de los hombres y mujeres.

Esto supone que todo ese tiempo dedicado a estudiar a Dios, se dedique a estudiar a los hombres y mujeres reales, es decir, de su propio territorio y tiempo; sus condiciones humanas, sociales, económicas, culturales,… para presentarlas a Dios. Y presentarlas en público, haciendo uso de los espacios litúrgicos y otros.

Para esta intuición no encuentro el término adecuado, porque no es “antropología teológica” (que redunda en lo mismo, y de lo que invito a salir y dar un paso adelante); por eso invento el término que titula esta invitación y convocatoria.
Desde ya, a quienes piensen que esta es una solicitud que no tiene sentido o que atente contra la esencia de la religión, los invito a darse el tiempo a considerarla; y tal vez concuerden conmigo que es la demanda (signo) fundamental de nuestros tiempos. Y concordemos que predicar a Dios es fácil; pero predicar o representar a los hombres delante de Dios es riesgoso y hasta mortal.

Los poderes constituidos son los que se hacen de una ideología a su medida para someter, domesticar; y si no se dejan, reprimir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, nuestros hermanos. Servir al poder, o funcionarios del poder, es lo más común que hay. Pero sujetos y agentes que solidaricen con sus hermanos, con su suerte y condiciones escasean o no existen. Y esto es uno de los mayores escándalos de nuestro tiempo, y de la inmensa mayoría o casi totalidad de los ministros y predicadores religiosos.

En esta senda no hay lugar para la egolatría, el afán de poder y de fama de los funcionarios; ni para la pasividad a que se invita a las asambleas de creyentes. En realidad, con frecuencia, los más expertos y practicantes de los mandatos de Dios son los hombres y mujeres que concurren con infinita humildad a los centros de culto. Porque a Dios no se le conoce por la razón, sino por el corazón. La acción de Dios en la historia se estudia por la razón, pero la fe en Dios nace y se anida en el corazón.

Con esto espero ni es mi deseo ofender ni atacar a nadie, solamente proponer un camino nuevo, interesante, desafiante para cuantos anidan sueños de un mundo nuevo para hombres y mujeres nuevos que hoy son nuestros niños y niñas; y también nuestro mundo físico que clama por una nueva forma de tratarlo y de habitar en él.


José Leandro Flores

JLF dijo...

La democracia es una tarea pendiente en América Latina

José Leandro Flores
20 de febrero de 2008

Concordando con la corriente de pensamiento que ubica al sistema democrático como el mejor sistema para la convivencia social, para el tipo de gobierno que se da un pueblo soberano…, nos encontramos que en nuestro Continente el universo de falacias ha sido el pan de cada día que se ha ofrecido a los ciudadanos. De manera que éstos, al disminuir o perder su capacidad de reflexión, al caer en la “desinformación” por medio de los grandes monopolios de comunicación, y carecer de algo fundamental para la existencia y desarrollo del sistema democrático: la fiscalización del soberano.

Cabe afirmar que no hay democracia si no hay un pueblo organizado, activo, sujeto participante y pensante. En A.L. los sistemas democráticos emergentes no se han ocupado de este rubro. Es una labor política a la cual no se dedican los políticos.Y es una labor con frecuencia perseguida u obstaculizada –no apoyada- si le emprenden ciudadanos organizados. Entonces, se cae que en nombre de la misma “democracia” establecida en el poder se combaten los brotes de democracia que nacen de las bases.

Por otra parte, esta falta de capacitación en ciudadanía, los sistemas democráticos de nuestro Continente cuentan con grandes masas de personas que desconocen el funcionamiento del sistema y todo el universo de las leyes y decretos. Vale decir que las grandes desconocidas por las mayorías son las Constituciones Políticas de los Países. Lo cual es un síntoma de falta de fe y confianza de parte del ciudadano común. Casi pareciera que fuera algo intencionado que a los políticos que detentan los poderes del Estado no quisieran contar con pueblos expertos en el conocimiento de sus derechos y deberes, de manera que fuera lo más normal ejercerlos y exigirles que sean respetados por todos; inclusive, las autoridades de todo nivel.

Tal vez no sea demasiado tarde para iniciar una gran campaña de formación ciudadana, no simplemente como la formación cívica que en un tiempo existió en las escuelas, sino más extensa en contenido y forma. Con una intención más directa a que el pueblo es el soberano en un sistema democrático que se respete como tal; y él es el corresponsable permanente de cuidar su sistema político, a través de la comunicación, información, evaluación y fiscalización de sus representantes. Esto es muy importante para los mismos agentes que cumplen funciones públicas, los cuales muchas veces se ven como en medio de un desierto, expuestas a ser fáciles presas de grandes poderes económicos e ideológicos que se camuflan permanentemente bajo el manto de la democracia. Y no tienen límites para crecer y crecer; pero en esa misma medida van asfixiando al sistema democrático.

El panorama actual es sobre todo de grandes tareas y desafíos para mejorar la calidad de la vida de todo ser viviente en nuestro Continente. El cambio de mentalidad, de ser y de actuar ya no es un moda ni una mera caprichosa ideología, sino que es algo del más básico sentido común, que entiende muy bien el más sencillo de los habitantes. Esta es una hora de creación y construcción de las bases para la prolongación de la vida y el cese del avance más que incierto que ha propiciado un sistema centrado en la explotación y la competencia , que obsecadas y solitarias, son un peligro real para
todos.