martes, 2 de octubre de 2012

La riqueza de las cosas, hechos y personas depende del “significado” que les otorguemos. Porque si bien todo posee su dignidad y trascendencia…, dependerá de uno que se las reconozca, respete y venere. Por eso, lo más extraordinario es la misma cotidianidad: depende de nuestro nivel de sensibilidad perceptiva. Por lo tanto, cada día tenemos una tarea –y es el tesoro más importante- que es desarrollar “nuestra misión”. (Es lo que hacen todos los seres que nos rodean… ¿por qué tendríamos que ser nosotros los distraídos o errados?

No hay comentarios: