jueves, 9 de agosto de 2012

Todo revive cada día porque está interconectado con el resto, con el todo. Nuestro equilibrio y salud también depende de esta vinculación. El aislamiento es mortal. Y el alimento del vínculo saludable es la meditación. Esa actividad que no es mental ni verbal; sino de sensibilidad y percepción. Los frutos los da la constancia sin duda alguna.

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