sábado, 1 de diciembre de 2012


Numero 67
El problema no es la globalización; sino los propietarios de ella.
La insatisfacción ante lo que somos, no es por lo que somos, sino por lo que ignoramos.
¿De qué sirve hacer compromisos…, si no se cumplen?: Kioto, Dakar.
Hemos buscado la abundancia y hemos creado la escasez… por haber perdido el sentido común.
¡Qué locura!, crear millones de leyes; y enterrar la ética.
El equilibrio y no la velocidad es la que nos humaniza.
La ampliación del mundo interior: es un imperativo que siente el ser humano.
La hambruna y la sequía no solo está causando estragos donde no llueve, sino también donde no hay amor que se canalice en solidaridad.
“La representación” ha llegado a no representar más que a sí mismos. Es paradójico y nefasto.
El mayor privilegio no es estar vivos; sino vivir para que otros no mueran.
De lo que se trata no es de descubrir su importancia y grandeza; sino la de todos los otros…
A todo ser le corresponde hacer un poquito de camino: hacerlo, construirlo,… como lo han hecho nuestros predecesores; y de ellos nos alimentamos (pero no es necesario repetir: porque la realidad es novedad).
Ver la vida para vivir el presente es muy distinto a verla para vivir el futuro; y es el acierto.

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