Numero 67
El problema no es
la globalización; sino los propietarios de ella.
La insatisfacción
ante lo que somos, no es por lo que somos, sino por lo que ignoramos.
¿De qué sirve
hacer compromisos…, si no se cumplen?: Kioto, Dakar.
Hemos buscado la
abundancia y hemos creado la escasez… por haber perdido el sentido común.
¡Qué locura!,
crear millones de leyes; y enterrar la ética.
El equilibrio y
no la velocidad es la que nos
humaniza.
La ampliación del
mundo interior: es un imperativo que siente el ser humano.
La hambruna y la sequía no solo está causando estragos donde no
llueve, sino también donde no hay amor que se canalice en solidaridad.
“La representación” ha llegado a no representar más que a sí mismos.
Es paradójico y nefasto.
El mayor privilegio no es estar vivos; sino vivir para que otros no
mueran.
De lo que se trata no es de descubrir su importancia y grandeza;
sino la de todos los otros…
A todo ser le corresponde hacer un poquito de camino: hacerlo,
construirlo,… como lo han hecho nuestros predecesores; y de ellos nos
alimentamos (pero no es necesario repetir: porque la realidad es novedad).
Ver la vida para vivir el presente es muy distinto a verla para
vivir el futuro; y es el acierto.
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